Enloquecida por ¿romper el silencio?

¿Será posible que, después de tanto tiempo vaya a volver a escribir? Será. Después de un diagnóstico, una pandemia, una compra, una venta, mudanza y media o dos y una pérdida… Pues parece que he vuelto a encontrar mi pluma. Por eso hoy estoy enloquecida por ¿romper el silencio? y ahora verán porqué.

Para ser honestos, la bajona, en realidad no se ha ido, sigue conmigo instalada aunque a veces le voy dando esquinazo. Y el diagnóstico está más o menos aceptado, llorado y encauzado. La pandemia se acabó, la compra se produjo, la venta fue fructuosa, la mudanza… Ahí continúan las cajas y las que quedan por hacer… Pero la pluma la ha desatado finalmente la pérdida: de mi madre.

Lo esperábamos, pero cuando llega nunca lo acabas de ver venir y el shock inicial deja paso al no saber qué hacer a la hora en la que te llamaba y llorar en el coche de camino a casa sin una razón concreta, simplemente porque ya no puedes levantar el teléfono. No hay energía para casi nada y entonces llega insistente el vacío.

Los primeros días solo podía estar en el sofá y hacer mermelada. Encefalograma plano y patada adelante. Pero una vez pasada la euforia navideña y conforme se va asentando todo, viene la tristeza de verdad, y aunque hacía ya muchos años que no podía contar con ella, su ausencia se cuela cada día por debajo de mi puerta, en las canciones de la radio, en las ollas de mi cocina.

De lo peor fue vaciar su armario. Paquetes de medias con precio en pesetas!!! Miles de pañuelos, ropa confeccionada a mano por mi tía (ains), ropa buena, ropa mala, de cuando estaba muy delgada, del final cuando ya parecía que estaba embarazada del volumen abdominal, su traje de novia, mi traje de novia, zapatos con una puesta, abanicos… Hicimos un mercadillo para sus amigas y aún quedan cosas por asignar.

Le pregunté a una amiga que ha perdido a ambos padres si todo esto pasaría, y me dijo que sí, menos mal.

«Será como un frío invierno. Los primeros días lo sentirás a todas horas y nada aliviará el helor de tus huesos. Pero poco a poco el verano se irá abriendo paso, y notarás el calor en tu pecho suavemente. Hasta que de pronto, volverá esa alegría a tu corazón y siempre recordarás lo que le gustaba»: la lectura, el teatro, las flores, las tazas de porcelana, la repostería, viajar.

Mientras espero el verano, sobrellevo la tristeza como puedo. Me ocupo y estoy con los niños, que menos mal que están para aliviar con sus cosas. Sigo en ballet, haciendo y deshaciendo cajas de mudanza y buscando un propósito de vida que me guste y que conecte con esta nueva yo que aún no sé si afrontará todo mejor o peor que la anterior.

¿Seguiré escribiendo semanalmente como antes? No lo sé. ¿De vez en cuando? Seguro. Mi psicóloga y mucha gente que me aprecia no paran de insistir. Que nadie lea ni escriba blogs ya ayuda, así es más fácil vencer la vergüenza. ¿Volveré a la risa, la espuma y el hedonismo? No lo sé. En estos años me he convertido en otra mucho más intensita. Mi astróloga (si, he dicho astróloga, al loro con esto) dice que todo es por el tránsito de Plutón en Capricornio, que comenzó en 2008 y del cual empiezo a salir ahora… Pues Plutón, universo, Dios, La Fuente o quiera que esté detrás de tantos acontecimientos… Ya lo he pillado, gracias. Ahora tranquilidad y buenas noticias.

PD: Qué boomer es eso de levantar el teléfono de verdad… Seguro que muchos chavalines no saben ni porqué se usa esa expresión, igual que tirar de la cadena.

PD2: Pichón número 1 me preguntó EN SERIO si en funeral de mi madre habían participado estos señores… Y oye, habría sido todo un puntazo… o no??


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